En verano salimos más a la carretera y, por lo tanto, aumentan las posibilidades de encontrarnos con algún vehículo de gran volumen, como puede ser un camión o un autobús, en nuestro trayecto. ¿Cómo debemos modificar nuestra conducción ante este tipo de vehículos? No te pierdas nuestras recomendaciones para no correr riesgos.

Con la llegada de los meses de verano y el buen tiempo cambia la forma de desplazarnos. En muchos casos se modifica el medio de transporte, apostando por medios más individuales como puede ser el coche. Igualmente, se acude más a segundas residencias fuera de la ciudad, especialmente los fines de semana, y muchas empresas implantan la jornada intensiva. Abordamos a continuación cómo cambian nuestros desplazamientos durante los meses de julio y agosto, y ofrecemos recomendaciones para no comprometer la seguridad al volante.

No es necesario que sea verano para sufrir un golpe de calor, especialmente cuando se trata de niños, aunque, por supuesto, las altas temperaturas hacen que sean más frecuentes. Hay que tener en cuenta que debido a la menor reserva de agua de los niños, su temperatura corporal sube de 3 a 5 veces más rápido que en los adultos. Además, el aparato respiratorio de los niños, que aún se encuentra en desarrollo, los hace más vulnerables al agotamiento por calor. Dejar a un niño solo en el coche es especialmente peligroso. Bastan temperaturas de poco más de 20ºC para que el interior de un coche pueda alcanzar a los 50ºC.

El alcohol y el consumo de drogas producen alteraciones muy evidentes en la capacidad para conducir. De hecho, estas sustancias no solo están relacionadas con una mayor siniestralidad, sino que también provocan una mayor mortalidad y lesiones más severas debido a la gravedad de los siniestros en los que están implicados. ¿Qué sabes sobre los límites de alcohol y drogas al volante? Pon a prueba tus conocimientos en nuestro test.